Por Montserrat Pérez
Alejandra es activista por los derechos de los animales y dueña y directora de Buscando Patitas. No se imaginaba que un día sería amenazada y violentada virtual y físicamente. En busca de protección, denunció ante las autoridades de Ciudad Nezahualcóyotl, pero, a cinco meses del primer ataque, aún no hay avances en el caso. Ahora, Alejandra busca denunciar las agresiones que vive cotidianamente para decir: nunca más.
Todo inició con una llamada telefónica el 27 de febrero de 2018 a las 6:22 am. “Hola, perrita”, cuenta Alejandra Mateos que le dijeron del otro lado de la línea. Colgó y posteriormente las agresiones escalaron:
“A los minutos empecé a recibir mensajes acosativos por Whatsapp, al igual que llamadas, uno de los mensajes decía que había visto mi supuesto anuncio en la página pornográfica Mileroticos; como quise saber exactamente cuál era el problema y el porqué me acosaban investigué en dicha página y encontré una fotografía mía y un texto asqueroso en el cual incluye mi edad real y mi teléfono de mi domicilio, mi ubicación y mi número celular, sin duda esto me asustó.. Estaba siendo acosada por múltiples números a ambos números y cada vez iban peor las porquerías que me decían. Como dato: el número telefónico de casa, mi ubicación y edad exacta solo lo sabe una persona fuera de mi familia: mi ex novio, el Policía preventivo de la ciudad de México, pero no sé si en realidad fue él o fue su pareja actual o no sé quién. Motivo por el cual y como esto es algo totalmente injusto, una difamación y dañaba seriamente mi reputación levanté mi demanda ante el Ministerio Público de La Perla, Ciudad Nezahualcóyotl NEZ/NEZ/NZ3/062/043455/18/02, al principio no querían aceptar mi denuncia debido a que argumentaron que lo mío no era delito, era paranoia y finalmente: ‘¿qué había hecho yo para merecerlo ya que los hombres no actúan así?’”.
El caso de Alejandra se enmarca en un contexto de violencia cotidiana contra las mujeres en México y específicamente contra las mujeres que luchan por alguna causa. De acuerdo al informe “Violencia en línea contra mujeres en México” elaborado por Luchadoras, alrededor de 9 millones de mujeres mexicanas han sido víctimas de acoso y violencia cibernética, dato que proviene del módulo sobre ciberacoso de Inegi realizado en 2015. Las mujeres que más reciben estos ataques son periodistas, activistas y defensoras de derechos humanos.
La violencia hacia Alejandra pasó del mundo digital y de las llamadas telefónicas a una serie de agresiones hacia ella y su familia, entre ellas menciona:
–Pintas en el zaguán de mi domicilio.
-Un trabajo de brujería en la jardinera afuera de mi casa
–Insultos de personas que supuestamente me identifican por mi cara y dicen haber visto mi supuesto letrero en una página sexual.
-Un intento de violación.
–Llamadas y un mensaje al teléfono de mi padre donde amenazan de muerte a mi familia.
-Un tipo vino a pegar una cabeza bien recortada de Juan Zepeda en la puerta de mi casa
–Un taxi de la Ciudad de México llega a mi casa para tomar fotografías y video de la fachada de mi casa, dice ir del Ministerio Público pero éste lo niega.
–Un intento de atropellamiento cuando yo me dirigía de regreso a mi casa al salir del taller donde asisto (DIF).
–Un tipo con máscara de luchador Blue Demon y con actitud retadora nos persiguió a mi madre y a mí (mercado Cuauhtémoc).
Con respecto al seguimiento del caso, Alejandra narra que las autoridades simplemente no tienen avances, supuestamente porque “no cuentan con la inteligencia suficiente para la investigación”.
Aún más, a pesar que le dicen que la tipificación del delito debería ser como trata de blancas, por ahora se mantiene como «denuncia de hechos». Asimismo, la oficina del ministerio público dijo haber “traspapelado” el caso, con lo cual quedó estancado y ahora le dicen que no es un delito y le dicen que “está paranoica”. «Lo que sí es que yo noto que parece que cada que voy empieza de cero, ya rendí mi declaración pues parece que no lo hice. Espero que me den nueva fecha de cita en el Ministerio Público», menciona Alejandra.
Esto pasa incluso cuando Mateos ha señalado un posible agresor: su ex pareja, a quien han citado dos veces y no se ha presentado, pero que no se le puede obligar a presentarse, de acuerdo con lo que dice la identificada como Licenciada Elena (mesa 3), quien lleva el caso de Alejandra.
“El motivo por el que es mi principal y único sospechoso es porque es quien sabe todos mis datos personales, ya que tuve una relación sentimental de 4 años, nunca vivimos juntos, pero durante el noviazgo él era una persona sumamente agresiva, posesiva, que me golpeaba y amenazaba de muerte (suicidarme o asesinarme) cada vez que yo no cedía a sus chantajes (cuento con pruebas al respecto)”
De acuerdo con el Índice de Impunidad México 2018, el promedio nacional de 69.84 puntos y, como señala Animal Político, esta cifra “coloca a México como el cuarto país a nivel mundial con mayor impunidad y el peor del continente americano”. Asimismo, señalan que 93 de cada 100 delitos no se denuncian y los que sí se denuncian pocas veces llegan a una sentencia, menos del cuatro por ciento, para ser específicas.
Apoyo limitado
Mientras tanto, Alejandra sigue soportando ataques, al grado de afectar su vida y temer por la seguridad de quienes la apoyan. Las instituciones han sido insuficientes, incluso le han dicho que se suicide:
“Por otro lado yo he solicitado apoyo en el Ministerio público de la Perla (Cd Neza), En el Instituto de la Mujer (Neza), DIF Neza, en el mismo Hospital General de México. Ahí el Director de la Unidad de Oncología se ofreció a ayudarme, pero me mandó con la Psiquiatra de Oncología, la Doc. Celbia Guerra, la cual después de medio escuchar mi caso dijo que mi situación está muy complicada y aprovechando que soy enfermera y sé cómo utilizar fármacos, lo mejor que puedo yo hacer es suicidarme y así dejo de molestar a mi familia. Pedí apoyo también en la universidad donde estudiaba (UnADM) pero por motivos de la enfermedad tuve muchas faltas a lo que la escuela me expulsó y no me deja cambiarme de carrera argumentando que soy una cobarde y, si me doy de baja, me boletinan”.
Alejandra no pide nada extraordinario, simplemente que se haga justicia para su caso encontrando a los responsables del ataque cibernético y la exposición de sus datos personales. En sus propias palabras:
“En Neza se lleva a cabo una supuesta campaña permanente de Prevención del delito, pero la verdad es que está demasiado precaria, ¿es tan complicado prevenir los feminicidios? Todos los feminicidios dan síntomas pero las autoridades prefieren ignorar a las víctimas hasta que las asesinan y entonces si cuentan pero como muertas.
Me gustaría que, a pesar de que ya van más de 5 meses de mi caso, que al fin se investigue, ¿quién me vendió por internet y por qué lo hizo? Ya que con sus acciones pone en riesgo mi vida, mi salud mental y mi tratamiento médico, ya que lo está mermando”.
Una labor necesaria
La Crítica reportó el ataque a otra activista por los derechos animales en semanas pasadas, la rescatista Itzel López Becerril, quien es agredida por sus vecinos debido a su labor. Alejandra, al igual que Itzel se involucra por una causa necesaria, de ahí la existencia de Buscando Patitas:
“La labor de Buscando Patitas (Ciudad Nezahualcóyotl) es principalmente la conscientización en favor de la vida digna a favor de los animales de forma antiespecista mediante foros, pláticas a escuelas, cápsulas informativas y artículos de enciclopedia. Realizamos también campañas de esterilización: unas gratuitas otras a bajo costo, campañas de adopción, tenemos equipo de Médicos veterinarios que también atienden fauna silvestre, taxis animalistas, así como colaboración con algunos rescatistas independientes. Ayudamos también a la difusión de animales perdidos, robados o extraviados contando con la campaña y asesoría gratuita permanente para combatir el robo de animales.
Ninguno de nuestros servicios directos tiene costo, pero los externos: taxis y médicos veterinarios sí, esa ya es a consideración de ellos. Tampoco pedimos donativos monetarios ni en especie, la labor es prácticamente altruista”.
¿Por qué las mujeres que ayudan a los animales reciben estos ataques y qué tiene que suceder para que haya justicia para ellas? ¿Cuánto tiempo más tendrá que esperar Alejandra para que las autoridades encuentren a su agresor o agresores? En un país en el que asesinan en promedio a 7 mujeres diariamente, el tiempo es un factor crucial, aún más cuando se trata de activistas y defensoras, quienes no solamente están bajo riesgo por ser mujeres, sino también por involucrarse para hacer un mundo más justo para todos los seres que lo habitan.
Si quieres saber más de Buscando Patitas puedes consultar los siguientes enlaces:
Página web: buscando patitas.blogspot.com
http:/www.facebook.com/BuscandopatitasOficial