Por Dominique Maureira Benz
1) Me gustan las tetas, las mías y las de otras también.
Me gusta mirarlas balanceándose, como gotas a punto de caer, cuando me da por ser loba y aúllo en cuatro patas.
Me gusta la distancia que se crea entre ellas cuando me tumbo a mirar las estrellas, cada una apuntando su propio camino.
Me gustan también cuando están cerquita, sintiéndose, si me da por echarle un ojo a los extraños asuntos de las hormigas.
Y me gustan galopantes cuando hay urgencia.
Y firmes como mi voluntad cuando desean.
Pero más que todo, me gustan libres, frente a cualquier atadura
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2) La culpa no es de usté, no se sienta mal
La culpa es de este entusiasmo mío
Entusiasmo infantil
Desmemoriado y porfiado
Que se niega a morir
No es su culpa que no sueñe lo que yo
La culpa es de mi voluntad
Que cree que lo puede todo
Y se le olvida que a veces
Una sola no basta
No es su culpa que no batalle lo que yo
La culpa es de esta fuerza mía
Que se niega a conformarse
Tampoco es su culpa que no intente lo que yo
La culpa es de esta curiosidad loca que me empuja a probarlo todo.
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3) La tibieza de tu lengua imaginaria se propaga
Mientras va surcando los pliegues de mi alma sudada
La humedad se asoma entre mis muslos
El temblor de mis dedos aumenta con tu aliento suave y ausente
Y mis piernas crean un escándalo alrededor de tu cuerpo lejano
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4) Rociaré sobre tu cuerpo mis letras delirantes
Con palabras flameantes incendiaré tu carne
Sólo para verte sudar poesía