Mi casa es santuario
Te incomoda que en mi casa no se reciban hombres, que no quiera yo que sepan la dirección, mucho menos que crucen la puerta. Te parece que soy tan misándrica, tan odiadora, tan enemiga de ellos.
Te incomoda que en mi casa no se reciban hombres, que no quiera yo que sepan la dirección, mucho menos que crucen la puerta. Te parece que soy tan misándrica, tan odiadora, tan enemiga de ellos.
Por ItzelTal Sé que este ser-estar-en-el-mundo representa un sinfín de situaciones en las que es imposible pensar en el separatismo, al menos en mi caso; ya desde el patriarcado encarnado, ya desde salir a la calle y encontrar vecinos, niños jugando fútbol en toda […]