Por Jocelyn Pérez
Temporada de huracanes (2017) es una novela que se popularizó y durante un tiempo solo escuchabas comentarios sobre lo buena que es, tanta fue su fama que la tradujeron al inglés, francés, alemán. Yo lo compré muy entusiasmada porque me dio FOMO (1), pero la dejé para que se empolvara en mi librero por unos meses, a veces lo muy popular me da repele o quiero evitar una desilusión. Un día me regresaron las ganas de leerlo: esos días no podía dejar de pensar en el libro y contaba las horas para retomarlo.
Fernanda Melchor narra la historia del feminicidio de La Bruja en la ciudad ficticia de La Matosa. Está narrado desde el punto de vista de varios personajes, lo que permite ver las relaciones complejas entre éstos. Cada capítulo es una profundización en la vida y la psicología de cada personaje, otra oportunidad de analizar sus deseos y prejuicios. Desde el principio hay un indicio sobre quién fue el asesino, sin embargo, esto pasa a segundo plano, pues la fluidez de la narración es lo que hace este libro tan interesante.
Melchor habla sobre aborto, revictimización, feminicidio y misoginia sin mencionar estas palabras. Lo hace a través de imágenes crudas, que te hacen querer apretar los ojos u olvidar lo que estabas leyendo, pero a la vez quieres leer más, necesitas leer más. En el libro la pobreza y la violencia son muy evidentes, pero no desarrollas lástima por los personajes, puedes entender por qué les pasa lo que les pasa y simplemente empatizar.
Lo que sí es que la estructura puede ser un tanto confusa. Por lo menos durante los primeros capítulos me costó seguir el hilo, hasta que me di cuenta de que un nuevo personaje estaba narrando, entonces era como ver otro ángulo de La Matosa, o explorar más sobre un personaje del que se había mencionado poco, o sobre los acontecimientos que pudieron haber quedado como cabos sueltos, los cuales se van cerrando poco a poco conforme pasa la historia.
Yo no sabía exactamente qué esperar de esta novela, porque, aunque había leído buenos comentarios, nunca ahondaban porqué “tienes que leer para entenderlo”. Ahora me da gusto no haber sabido tanto, sino haber descubierto los personajes y sus relaciones a través de la lectura, así como la prosa que parece que no puedes dejar porque no hay párrafos, entonces llegas al final del capítulo, pero te deja en suspenso. Quieres detenerte a respirar, pero no puedes porque quieres saber qué sigue.
El calor y el mar son palpables, pero las situaciones que viven los habitantes de La Matosa podrían estar sucediendo en cualquier otra parte de México, y, creo que ahí reside la genialidad de Fernanda Melchor.
Nota:
Excelente reseña, muy bien escrita. Muchas gracias por hacerla.