Feminismo

[Relato] Mi heterosexualidad obligatoria

Por Fabiola Navarrete

Cuando tenía 11 años vivía en Acapulco, Guerrero. Cursaba sexto año de primaria, utilizaba gran parte de mi tiempo pensando, imaginando una vida con el chico que en ese momento me gustaba.  En sexto fue mi primer beso, sí con un vato, nunca creí posible besar a una mujer: «¡A mí no me gustan las mujeres!», me dije hasta que se hizo real.

En la secundaria regresé a la Ciudad de México, hice amigas de inmediato, pero por alguna extraña razón, me llevaba mejor con los vatos, ellos siempre me veían, me decían que la falda más corta se me veía mejor, les gustaba que les pasará la tarea y las chicas me decían que era muy fácil por llevarme tanto con ellos. En esa etapa besé a muchos chicos, de hecho, mi deseo de año nuevo fue aprender a besar, añoraba saber besar, hasta ahora, a mis 26 años, sigo sin saber, jajaja.

Me crecían mis senos, no me gustaba. También empecé a menstruar, odiaba eso, me sentía sucia, rara, diferente, mis hermanas me explicaron el proceso, pero nunca la razón de mi malestar. No me gustaba sentirme observada, una vez un tío me cargó para tronarme los huesos, estábamos en la cocina, mi mamá entró de improviso y él me bajó de inmediato, se fue a la sala. En seguida mi mamá me preguntó qué estaba haciendo, le conté y me dijo: “No estés de encimosa y no dejes que te cargue de esa manera”… Hasta ahora me doy cuenta de que me estaba tocando y, ¿saben?, me llena de rabia, maldito, pero también me enojo con mi mamá por culparme y responsabilizarme de una muy posible violación.

En la secundaria no tuve novios, menos novias, pero me besé con casi todos los niños del salón, jugábamos a la botella, a la semana inglesa, a no sé qué más, el punto era besarnos. Recuerdo que mi mamá y hermanas insistían en que me arreglara, no estaba cúl que una niña fuera fodonga, así ningún niño se fijaría en mí, lograron que me delineara los ojos, me costó trabajo aprender a hacerlo, pero con la práctica podía hacerlo hasta sin espejo.

Cuando cumplí 15 años no quise que me hicieran fiesta, ahora pienso que era porque me sentía fea y gorda, además ningún niño guapo quería conmigo, puros feos y qué oso que esos fueran mis chambelanes. Así que me mi mamá y mi papá me regalaron un viaje a Acapulco, fui con mi entonces mejor amiga, Karen…Hasta la fecha sigo enamorada de ella. Fuimos a un concierto de Enrique Bunbury, la chispa adecuada cantaba, no recuerdo de qué iba, pero seguro de amor y esas cosas. Al salir del concierto, a Karen y a mí se nos ocurrió pedir un raid, nos subimos a una camioneta de unos vatos de como 19 años. Uf, me sentía soñada, nos invitaron al día siguiente a la playa, nos pidieron nuestros números. Nunca nos llamaron, pero tuvimos para hablar de eso el resto de la secundaria, ¡wow, eroticé  el acoso, el riesgo y miedo!

Cuando entré a la prepa todas mis amigas tenían novios, menos yo. Era muy angustiante, así que me dediqué a llamar la atención de uno y de otro y, si no funcionaba, de otro más, terminaba siendo su amiga, porque conmigo no querían, siempre había una chica más guapa que yo. Tuve uno que no me gustaba, es más, creo que me caía mal, pero a mis amigas les parecía agradable y pues era mejor que no tener.

En la prepa también me besé con Karen, la primera chica que besé, ella siempre tenía la razón, era más inteligente, más bonita, más alta, más blanca, menos pobre. Yo siempre la cubría con su familia. Una vez fuimos a tomar alcohol con sus amigos que ya iban en prepa, esa vez uno me agarró los senos, yo me quedé pasmada, no dije ni hice algo.  

En la prepa me caían mal las chicas que tenían novio, que se creían muy bonitas, que decían ser iguales que los hombres. No puedo, ahora mismo, describir exactamente mi enojo ni sentir, pero sé que estaba incómoda, inconforme. En una clase el maestro de ética instaló el tema de hombres contra mujeres, dijo que por naturaleza los hombres eran más fuertes que las mujeres, fui la única del salón que dijo que no era así, pero me faltaron argumentos, así que en el grupo ganaba la naturaleza. Ese día imaginé crear un pensamiento que explicara que las mujeres podemos ser fuertes, valientes y que los hombres nos explotaban y maltrataban siempre… años después descubrí el feminismo.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La Crítica