Recomiendo llorar por todas las veces que me han negado ese derecho, y por todas las veces que lo ejercí sin saber que algo por dentro iba sanando.
Creo que todo empezó un día en la Basílica. Una persona muy cercana me preguntó si yo creía en la aparición de Guadalupe y todo lo que se dice de ese lugar. Pensé, ¿Cómo?, ¿tú no?, ¿quieres decir que es opcional creer?
Te incomoda que en mi casa no se reciban hombres, que no quiera yo que sepan la dirección, mucho menos que crucen la puerta. Te parece que soy tan misándrica, tan odiadora, tan enemiga de ellos.
No es justamente que la heterosexualidad pueda ser negociada, discutida o transgredida de la misma forma que los reglamentos urbanos…
Esta es la historia de 51 mujeres, un trabajo precario en planteles educativos que les fue arrebatado y tres años de organización colectiva.
Mi tatara-tatara-abuela no se sentaba en los cafés de París con las mujeres revolucionarias.