Por Kitzia Montiel
Con todas mis ganas de ver por fin buen cine de “terror” me dirigí a Macabro Film Festival, a ver una película llamada El esposo perfecto que además presumía de estreno mundial, la sede: Museo Universitario del Chopo, la entrada costó 40 pesos y yo me pregunté, -chale y ¿para qué tiene tantos patrocinadores?, eso sí, todos sus logotipos relucientes en la postal que te entregaban a la entrada; el cine de democrático no tiene nada, pensé.
La sala atascadísima, todxs con hartas ganas de ver que buena selección de cine nos tenia este festival (patrañas), comenzó la película y después de una hora la película no era ni medio buena, mediocre, aburrida, con ritmo lento, actuaciones de dos pesos y una insufrible ausencia de trama, ya como para la hora y cuarto, todxs en la sala, comenzaban a hablar entre ellxs, nadie ponía atención, y más bien el fastidio imperaba, hasta que de pronto en la pantalla se podía ver lo que era de suponerse, el marido ataba, excusándose en un juego sexual, a la que era su esposa, todxs comenzaron a poner atención, y de pronto, la comenzó agredir verbalmente, luego una serie de puñetazos en el rostro, la mujer ensangrentada gritaba y pedía ayuda, le suplicaba que la dejaba ir, el seguía lastimándola y torturándola, trataba de ahogarla con un embudo metiéndole agua, (en este punto existían risas masculinas entre el público), yo le decía a mi compañera: pagamos por ver una película de un feminicidio disfrazado de película de terror.
La esposa muy hábilmente logra zafarse de la cama rompiendo la cabecera, trata de defenderse y solo logra enterrarle un pedazo de madero en el cuello con todas sus fuerzas, él solo sangra un poco, ella no puede escapar, él la persigue con una sierra eléctrica, le corta los dedos, ella sale corriendo y va a buscar ayuda, encuentra a un policía, el “esposo asesino” también lo mata, la esposa corre, el “esposo asesino” trata de violarla, logra huir otra vez, encuentra a otro sujeto al cual también le pide ayuda, este la viola explícitamente en la pantalla , en el público se siguen riendo y hasta parece que lo disfrutan… yo no puedo más, le digo a mi compañera que nos salgamos, la gente seguía viéndola, tal parece disfrutando de la mujer mutilada, violada y pidiendo ayuda.
Yo me pregunto: ¿Qué horda de machos decidió que esa oda al feminicidio era una buena idea de selección para una festival de terror? ¿Y la sede? No se les ocurrió a los directivos de la UNAM que no era una buena idea mostrar una película donde el atractivo principal es la masacre, violación y tortura de una mujer? ¿En dónde queda sus fragantes instituciones de estudios de “género” y su preocupación por la equidad, si en la práctica comercializan este tipo de violencia? ¿Habla de una violencia machista estructural o es que realmente no se dieron cuenta? Por favor, por supuesto que sí, pero a nadie le importa, a quién diantres le importa un carajo que miles de mujeres desaparezcamos día a día, que seamos asesinadas con la más absoluta saña, que nos violen sistemáticamente, absolutamente a nade le importa, más que a nosotras.