Por Montserrat Pérez
Hay una percepción sobre los diferentes significados de la palabra “no” cuando sale de la boca de una mujer que me parece bastante extraña, porque, de acuerdo con mi experiencia, si digo “no” significa directamente “no”, sin más. Por supuesto, hay mil canciones, anuncios, inclusive frases en las que, específicamente cuando se trata de nuestros cuerpos, el “no” pasa a ser una disertación casi filosófica en la que todo el mundo opina sobre qué quisimos decir.
Por eso, acá una pequeña guía sobre qué queremos decir cuando decimos “NO”:
–No significa NO, en primer lugar. Punto.
–No significa que no me interesa
–No significa que no me gusta
–No significa que no quiero
–No signifca que no me da la gana
–No significa que no quiero que me toquen
–No significa que no quiero que me hablen
–No significa que no estoy consintiendo en una situación
–No significa que prefiero cualquier otra cosa a escuchar lo que estás diciendo
–No significa que no me interesan tus opiniones sobre mi cuerpo
–No significa que no quiero que me insistan en algo
–No significa que no quiero perder mi tiempo
–No significa que si insistes, me voy a defender
–No significa que ejerzo mi derecho a decidir sobre mí misma
–No es una oración completa. No tengo por qué explicarte nada.
Ahora algunas cosas que NO estamos diciendo cuando decimos NO
–No no significa Sí, obviamente. Pero hay que aclararlo
–No no es una invitación a que “te esfuerces”
–No no significa que quiero que insistas
–No no significa que me “estoy haciendo la difícil”
–No no significa que soy complicada
–No no significa que me gusta “que les cueste”
–No no signfica que estoy amargada
–No no significa que “te estoy tentando”
–No no significa cualquier basura estúpida que hayas aprendido en una canción de Ricardo Arjona o Prince Royce.
–No no significa otra cosa más que no. Fin.
Una vez aclarado esto, hay que decir que este tipo de guías no tendrían que ser necesarias, si no fuera porque existe toda una cultura en la que los cuerpos de las mujeres se vean como objetos y territorios de conquista. Se le llama cultura de la violación y en esta cultura, lo que nosotras decimos siempre es una invitación a que se use nuestro cuerpo, sin importar que nos neguemos de manera clara.
Inclusive esa frase de que “si no dice que no, es sí” da a entender que no importa lo que diga nuestro lenguaje corporal, no importa que nos quitemos, no importa que miremos al suelo, no importa que nos ríamos nerviosas, eso se ve como una luz verde para que hagan, deshagan o digan lo que quieran sobre nosotras.
Lo obvio es que no, si no entendemos las señales corporales de negación, es porque tenemos algún problema raro de percepción y eso requiere ayuda profesional o porque no nos importa. Aún más si la parte física se refuerza con negativas verbales. “No estoy segura”, “no tengo tiempo”, “no sé”, siguen siendo NO.
Lo cual nos lleva a la última parte: la transgresión del “NO” es un abuso y, como tal, merece una reacción. Es más, vaya, es un delito. Es muy cansado tener que estar repitiendo esto, pero vale la pena recordarlo hasta que se vea como la violencia que es, hasta que se dejen de hacer bromas, música, libros, programas de televisión y demás que alaben estos comportamientos, hasta que toda mujer sepa que nadie puede hacer nada sin su consentimiento, sin que ella decida sobre sí misma. Hasta que no nos maten por decir “NO».