Hay mujeres que se ven en la necesidad de pararse ante las instituciones del Estado para tratar de no perder su libertad, sus hijos, sus bienes, su tranquilidad, su vida, que aparezcan las desaparecidas o que no asesinen a las nuestras con tanta impunidad. Todas estas batallas, ante un sistema que de facto está siendo feminicida.
Son tantas historias de mujeres, sus abogadas feministas y sus psicólogas feministas y que, además, se repiten con tanta frecuencia que resulta espeluznante el poder de la legalidad construida en el patriarcado para garantizar que la justicia sea un espejismo que, por supuesto, sólo se mira como un horizonte dibujado en los códigos y en las declaraciones de los políticos en los medios, pero que no estamos alcanzando.
En esta columna, cada semana encontrarán algunas de estas historias, narradas como si fueran “ficción” para proteger a las mujeres que las han vivido y los procesos penales, civiles y otros por los que atraviesan.
Finalmente, el objetivo es dar cuenta de lo que se vive siendo mujer y enfrentándose al monstruo de la legalidad para hacer explícito el por qué, hoy, esa legalidad no es lo mismo que la justicia y por qué muchos de los actos de las y los funcionarios a los que ellas se enfrentan son actos revictimizantes.
Así mismo, la tarea es visibilizar cómo, al revictimizar a las denunciantes, las personas en esas instituciones se convierten en un colmillo más del monstruo que se alimenta de la sangre de todas las mujeres.
Patricia Karina Vergara Sánchez.
Me encanta lo que estas haciendo karina, es muy importante develar la justicia patriarcal que es misogina, que es rasista y que revictimiza a todas las mujeres del planeta, aquí en Colombia la cosa no es muy distinta. Para adelante me gustaría hacer algo así, he recolectado algunas historias.