Feminismo

“Compendio de herramientas de autocuidado y sanación”: una propuesta de las mujeres defensoras para enfrentar la pandemia

Por Angélica Jocelyn Soto Espinosa 

La COVID-19 impactó de manera diferenciada la vida de las mujeres. Más carga de cuidados, más trabajo del hogar, más desempleo, mayor pobreza, más muerte materna y más violencia feminicida. Frente a ello, las organizaciones Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca AC, Casa La Serena y la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de DH elaboraron el “Compendio de herramientas de autocuidado y sanación”, cuyo fin es mejorar el bienestar de las mujeres, especialmente de aquellas que se dedican a la defensa de otras personas. 

Este compendio (que puedes consultar aquí) contiene información, estrategias y consejos que ayudan a fortalecer la vida en cinco dimensiones: la física, la emocional, la energética, la mental y la espiritual. Contiene, por ejemplo, información sobre la relación de los órganos con las emociones en la medicina tradicional china, un herbario de la medicina tradicional mexicana, o dietas para la desintoxicación y depuración.

En la dimensión física, este compendio propone poner atención a nuestro cuerpo y aumentar la conexión con lo que sentimos, con las dolencias, cuidar nuestros órganos, escuchar las señales o síntomas, procurar atender sus necesidades. Incluye la alimentación, el sueño, descanso, atención médica y terapias de sanación diversas, entre otros.

Imagen de Pixabay

En la dimensión emocional, las defensoras proponen atender los sentimientos y emociones, poder expresarlas para no acumular dolores, rabias y tristezas que después se pueden convertir en enfermedades. En la dimensión energética explican que sanar y limpiar los bloqueos de energía nos permite mejorar nuestro estado de esperanza, el ambiente de trabajo y aligerar las cargas que llevamos.

En la dimensión mental hablan de los pensamientos recurrentes que nos torturan y no nos dejan descanso, ideas que obstaculizan nuestro bienestar básico, como por ejemplo: “por mucho que trabajo no es suficiente” “nada va a cambiar” “como mujer no valgo”. Esto ocasiona desgaste, sufrimiento y daños que necesitamos hacer conscientes para modificar poco a poco y recuperar nuestro poder y valía.

Imagen tomada de Pixabay

Y en la dimensión espiritual proponen reconocer el beneficio de todas aquellas prácticas, símbolos y rituales que las mujeres defensoras realizamos para sentirnos conectadas con la vida, la naturaleza, con la grandeza de un poder colectivo transformador. “Nuestros pueblos originarios tienen una gran riqueza espiritual que podemos recuperar para fortalecer nuestro bienestar e inspirar a nuestros movimientos por la justicia”, expresaron.

De acuerdo con la información recopilada hasta ahora por las Naciones Unidas, la Organización Mundial y la Organización Panamericana de la Salud, las y los pacientes que han dado positivo para COVID-19 también experimentan insomnio, delirio o incluso depresión. Muchas personas están agobiadas por el miedo a desarrollar enfermedades graves y otras están preocupadas por sus vidas.

Según la información recopilada por estos organismos, un tercio de las personas que se recuperan de COVID-19 pueden tener cambios duraderos en su estado de ánimo, y sufren de ansiedad o depresión. 

“Las enfermedades de salud mental constituyen una epidemia silenciosa que ha afectado a las Américas mucho antes de COVID-19, con depresión y ansiedad como dos de las principales causas de discapacidad. La región también tiene el segundo nivel más alto de consumo de alcohol en el mundo. Las emergencias pueden empeorar estas condiciones”, han expresado. 

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La Crítica