*Sobre el texto: Esta actividad es parte del trabajo del curso Salud Emocional Feminista (Ímpetu Centro de Estudios A.C.), donde hacemos revisiones personales y políticas de nuestras vidas y la vida de las mujeres como clase social-sexual. Este escrito parte de la lectura de la biografía de una mujer cuya vida fue representada con la frase «lo más importante para una mujer es que la amen», así que agradecemos enormemente el análisis, la crítica y reflexiones que hizo María A., compañera del curso en su edición de enero de 2018.
“Lo más importante para una mujer es que la amen.”
Leer esta frase provoca en mí enojo y ansiedad, puedo notar un nudo en la boca del estómago y que mi respiración se altera.
Elegí específicamente esta frase porque me parece que expresa cómo se manifiestan de manera cotidiana los temas que hemos abordado en las últimas semanas, como lo es la heterosexualidad obligatoria, la apropiación de la mujer, el sistema patriarcal, el capitalismo, entre otros.
En unas cuantas palabras van implícitas muchas cuestiones más. “Lo más importante para una mujer es que la amen”, que te amen implica que te acepten, por lo cual, primero que nada, debes buscar una aceptación que sólo puedes alcanzar si eres útil al sistema patriarcal-capitalista, es decir, si cumples con tu “rol de mujer” como lo dicta este sistema. De igual manera, va implícito que el amor del que se habla es el de un hombre, por lo que se perpetúa la heterosexualidad obligada. “Lo más importante para una mujer es que la ame” (un hombre), pues no estará realizada hasta que el amor (a manera de matrimonio, principalmente) figure en su vida. Esta frase reproduce el régimen heterosexual del cual habla Karina Vergara y de igual manera contribuye, de una manera aparentemente inocente, a la apropiación de la mujer como la describe Colette Guillaumin.
Estas palabras tienen un trasfondo muy severo, sin embargo, están completamente normalizadas, y es eso lo que provoca mi enojo y al mismo tiempo me genera impotencia pues se nos toma como exageradas al mostrar disgusto al escucharlas. He escuchado esta frase un sinfín de ocasiones, y también derivadas como “tan bonita y sin novio”, “¿dónde dejaste al marido?”, “¿para cuándo nos presentas al novio?”, etc. Estas dos últimas preguntas aparecen de manera preocupantemente frecuente en comidas familiares, o cuando te encuentras a alguien después de cierto tiempo, y he notado que la mayoría de las veces son de las primeras cosas que preguntan, poco nos preguntan sobre los estudios, metas, aspiraciones, pues se asume que nuestra aspiración máxima es casarnos y formar una familia porque “Lo más importante para una mujer es que la amen.”
–María A.