El viento ya huele a cempasúchil,
y en algunas casas ya humea el café,
pues ya se acerca el día de los difuntos,
que aquí honramos con mucha fe.
Abuelita de piel morena,
digna hija del semidesierto,
vaya preparando las maletas,
pa´que se venga a probar el pan muerto.
Habrá nopalitos asados,
y agua de pitaya roja,
pues como olvidar las raíces,
sí son las que nos dan memoria.
Vengase a visitar los cerros,
y los campos de su tierra Huimilpan,
vengase a abrazar el recuerdo
de todos los que fuimos familia.
Abuelita de corazón alegre,
Madre de mi abuela
y cuidadora de la vida,
como no recordarla con cariño,
sí nos hace falta en este día.
No ‘más deje le advierto una cosa,
y no se me vaya a espantar,
ya tiene un montón de nietas rebeldes,
que siempre la vamos a amar.