Por Zarah Arrona
Las relaciones psicoterapéuticas que se generan con base en la psicología tradicional tienden a la verticalidad, es decir, al establecimiento de relaciones de poder. Esto se debe a que la psicología que impera en las instituciones está cimentada en principios heterosexuales, patriarcales y capitalistas, es decir, que la psicología tradicional está construida por y para el beneficio de los hombres.
Las situaciones que, como mujeres, nos atraviesan en el ámbito social, cultural e histórico, acentúan la brecha dentro de las relaciones psicoterapéuticas en las que el psicólogo es hombre, colocándonos en una situación de doble vulnerabilidad (que puede ir en aumento de acuerdo con otras características: color de piel, edad, territorio, discapacidad, racialidad, etcétera), en las que el psicólogO tiene todas las herramientas para ejercer violencia, la cual no puede evitar, debido a los privilegios y formación que le brinda la estructura heterosexual, patriarcal y capitalista a lo largo de su vida.
Y es importante recalcar esto, ningún hombre puede desprenderse de los privilegios que el sistema le brinda. Por tanto, éstos deben reconocer que brindar psicoterapia a mujeres perpetúa las relaciones jerárquicas y, por ende, la reproducción de las herramientas de adoctrinamiento del heteropatriarcado capitalista. Es decir, que es un deber de los hombres que ejercen dentro del ámbito psicoterapéutico negarse a ejercer su profesión con poblaciones con las que mantienen una situación de poder y privilegio.
Sin embargo, no es nuestra tarea explicarles a los hombres lo que deben o no deben hacer, sino priorizar la recuperación de los saberes robados a las ancestras a lo largo de nuestra historia, de manera en que construyamos comunidades que estén diseñadas por y para nosotras y exclusivamente nosotras. Es crucial volcar nuestras energías y nuestro amor en la creación de espacios que estén fundados en nuestras visiones del mundo, así como de las experiencias que nos atraviesan.
¡Por psicoterapias feministas que nos ayuden a sanar las marcas que nos ha infringido el sistema!
Imagen de portada autoría de Christy Lundy
Siempre he creído lo mismo, ahora ya tengo argumentos para sustentarlo. Gracias
Interesante artículo de Cristy Lundy.
Tiene mucha razón. En mi vida he visto a 1 psicoliga y 2 psicólogos. De ahora en adelante, si lo requiero, buscaré psicóloga.
Totalmente de acuerdo. Entre nosotras nos acompañamos desde la horizontalidad y el compartir ser mujeres. Gracias por el texto.
Lidiando permanentemente con gente diplomada y perversa. Un fastidio! Es mi experiencia. Gracias por visibilizar
Yo he notado que ahora sugieren a psicólogas con perspectiva feminista, por que lamentablemente me ha tocado la experiencia de ir con una psicóloga donde más que ayuda siento que me dejo peor, siempre he preferido ir con doctoras, ginecologas ,dentistas mujeres, una psicóloga. me siento con la posibilidad de estar mejor atendida y con confianza, pero creo que es importante que tenga la perspectiva feminista de lo contrario puede pasarles lo que a mi 🙁 lo bueno que ya se difunde más el tema.