Por Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Ciudad de México, abril 2018
Hoy se conmemoran 8 años del asesinato de la mujer indígena mixteca Alberta Cariño Trujillo, “Bety Cariño”, defensora de los pueblos originarios, los bienes naturales y las mujeres en Oaxaca.
Su asesinato, aún con los perpetradores plenamente identificados y algunos detenidos, continúa impune. El día de los hechos ella viajaba en una caravana humanitaria para llevar alimentos y documentar las violaciones a los derechos humanos que entonces ocurrían en la comunidad triqui de San Jun Copala, en Oaxaca.
Esta comunidad había sido tomada desde un año atrás por la Unión de Bienestar Social de la Región Triqui, un grupo paramilitar vinculado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y creado después del surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Este grupo impidió la salida de las personas de la comunidad, negó el acceso de alimentos y víveres, y amenazó con matar a toda persona que intentara ingresar.
Pese a las amenazas, Bety Cariño, junto a otras personas observadoras y periodistas, decidió confiar en sus medidas de seguridad y viajar en caravana. Sin embargo, el grupo paramilitar las emboscó y la asesinó a ella y a Jyri Jaakkola, un activista y observador internacional finlandés cuya madre –una adulta mayor- ha venido reiteradamente a México para exigir justicia.
Bety, una voz vigente
Bety Cariño fue directora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS), desde donde acompañaba a las comunidades indígenas en temas de economía solidaria o comunitaria, los derechos humanos para la justicia y dignidad, la educación para la autonomía, la comunicación para la defensa.
Desde ese espacio, y como indígena mixteca, también impulsó a que las comunidades tuvieran espacios radiofónicos desde donde hacer oír sus voces y demandas; y propicio la participación de más mujeres comunicadoras, ya que siempre reconoció el patriarcado que imperaba en las comunidades.
Su liderazgo cobró impulso en los años en los que las comunidades de Oaxaca atravesaban una fuerte represión y violencia. En 2006 fue obligada a salir de su estado por las amenazas y la represión que el gobierno priista desató en contra de un movimiento magisterial; y el 7 de abril de 2008 –exactamente dos años antes de su muerte- le tocó exigir justicia por el asesinato de dos de sus compañeras comunicadoras, Teresa Bautista y Felicitas Martínez, indígenas triquis que también fueron acribilladas en emboscada en San Juan Copala.
A propósito de este hecho, Bety reflexionó en una entrevista: “hay quienes tienen que irse para quedarse (..) y ellas están en el trabajo que hago todos los días”. La defensora también reconoció “Yo soy muchas que vivieron antes de mí y que hicieron que yo fuera ésta”.
Pese a los riesgos, Bety –madre de una hija y un hijo pequeños- dejó sonar su voz todavía más fuerte, y participaba visiblemente en mítines y actos públicos afuera de las embajadas y los espacios de gobierno para denunciar los despojos. En la mayoría de sus discursos llamaba a las mujeres a no tener miedo, y a seguir construyendo la defensa: “en la medida que ellos apuestan por la muerte, nosotras apostamos por la vida”.
En un discurso público que dio a nivel internacional un mes antes de su asesinato alertó –como si avizorara su suerte y principalmente la del país- cómo el despojo de los pueblos indígenas para beneficio de las grandes empresas está cobrando vidas: “Hermanas y hermanos, estas mujeres que somos, hijas, hermanas, madres, compañeras, maestras, indígenas, mixtecas, oaxaqueñas, mexicanas, defensoras, comunicadoras; mujeres que vamos lidereando nuestros pueblos contra los saqueos de nuestra madre tierra en beneficio de las grandes corporaciones trasnacionales y el capital financiero.
“(…) Hoy los jóvenes y las jóvenas, los pueblos originarios y las mujeres estamos a la cabeza de esta catástrofe. Los tratados de libre comercio, los acuerdos comerciales, con complicidad con nuestros malos gobiernos, han hecho hoy que nuestros campos sean el escenario de ruina y el desastre, víctimas de esa apertura comercial indiscriminada, de esos cultivos transgénicos, de esas ambiciones trasnacionales que se transforman en las grandes minerías, en los grandes parques eólicos, en las grandes presas que generan energía eléctrica para otros, pero nunca para nosotros que somos los verdaderos dueños de esas tierra.
“Nosotras hoy queremos vivir otra historia, nos revelamos y decimos ‘basta’. Hoy aquí queremos decirles que nos tienen miedo porque no les tenemos miedo, porque a pesar de sus amenazas, sus calumnias y sus hostigamientos, seguimos caminando hacia un sol que pensamos brilla con fuerza. Pensamos que se acerca el tiempo de nosotros los pueblos, el tiempo de las mujeres insumisas, y el tiempo de los pueblos de abajo. (…) Hoy nosotras empujamos un profundo y extenso proceso de organización, movilización, análisis, discusión y consenso que nos ayude a construir un mundo donde quepan muchos mundos. Llevamos en la sangre la herencia guerrera de nuestras abuelas, nuestras raíces nos lo exigen y nuestras hijas nos lo grita”, dijo la defensora
Tras el asesinato de Bety, el gobierno de Oaxaca se resistió las primeras horas a rescatar los cuerpos, resguardar la zona del crimen y encontrar a personas que resultaron desaparecidas; por el contrario, el entonces gobernador estatal, Ulises Ruiz, dio protección y respaldo a la UBISORT. Ahora, el gobierno federal se niega a juzgar.
En 2014, su pareja, Omar Esparza, tuvo que hacer un plantón afuera de la Procuraduría General de la República para que se detuviera a todos los atacantes, para que el único aprehendido hasta entonces fuera juzgado, y para que se protegiera a las personas que atestiguaron los hechos, la mayoría mujeres de la comunidad que después fueron amenazadas y hostigadas por el grupo paramilitar. A pesar de que se logró un acuerdo con el gobierno federal, en 2016 las autoridades cerraron el caso temporalmente; y hasta marzo de 2017 se había detenido sólo a 5 de los 13 atacantes.
Fuentes:
*Entrevista a Bety Cariño sobre el papel de las mujeres en las radios comunitarias. Video, 8 de marzo de 2009. Consultado en https://www.youtube.com/watch?v=yWpo4X2Hibk
* Justicia para Bety Cariño y Jyri Jaakila. Video, 13 de mayo de 2014. CIMAC. Consultado en https://www.youtube.com/watch?v=dXb6OSuNRS4&t=753s.
*Bety Cariño Trujillo. Video, 29 de abril 2010. Front Line Defender. Consultado en https://www.youtube.com/watch?v=LSk7drjmSx4&t=1s