Por Beatrix
Llegó la Catrina encabronada
porque la justicia mexicana no actuaba,
al día once mujeres asesinadas se llevaba
mientras el fiscal de la República dormitaba.
Con gran ira la Huesuda sesgó
las vidas de machos que suplicaban perdón,
sin embargo, ella no los escuchó
con gran sonrisa su guadaña blandió.
A feminicidas y violadores
bien Felipe se llevó;
a golpeadores y acosadores
en los puros huesos dejó.
Ya se va la Muerte contenta de limpiar este país
de tanta violencia machista que a las mujeres no deja vivir.
Desde el más allá protestan miles de víctimas que llevan a cuesta
la marca funesta del pinche patriarcado que apesta.
La Catrina paciente espera el momento final
en que daremos muerte por siempre al sistema patriarcal.