La Primavera
La primavera espera en mi ventana
como la lluvia en la nube preñada que no aborta
y yo lloro porque aquí dentro no hay más cueva.
Que espere la primavera,
que tengo tendida la ropa de abrigo fuera,
que no llame a mi puerta
con voz de playa ni de fiestas de cumpleaños,
el invierno que me acoge me resguarda
de la quemadura del sol,
de los ojos necios en mis muslos
y de la falta de invitaciones en el buzón.
Refriega
Tengo un poema en la cabeza
que está luchando por salir fuera
recién levantado, sin ropa y sin aseo,
qué vergüenza.
Que vuelva, que se esconda dentro
en la cocina,
aunque me arañe con fuerza
y se enfurezca,
aunque sacuda los costados y los órganos
contra las costillas, aunque
tenga que restregar mis manos
y enjugarme la frente
con frecuencia
y decir para disimular,
para que no se note,
que tengo frío o calor o ambos,
que tengo la regla y mil molestias.
Fingir, actuar cada vez mejor,
aunque me crean floja,
mientras lo aplaco.