Me niego.
A aceptar que no puedo hacer y crear, que hay tareas
asignadas a mujeres por el simple hecho de serlo
y que nadie puede escapar al rol que le ha sido dado.
Me niego.
A recibir un trato indigno en mi trabajo por ser mujer
y más aún,
una mujer que escapa del estereotipo.
Me rehúso a creer que merezco menos salario
o que me hacen un favor al darme empleo
porque soy madre y esa es mi prioridad
y no está mal que así sea.
Me niego.
A criticar a otra mujeres,
a competir con ellas en pos de recibir privilegios.
Me niego.
A ponerle el pie a otra mujer porque le tengo miedo,
porque es fuerte
y hace su
pequeña revolución
todos los días al encarar la vida lo mejor que puede.
Me niego.
A avergonzarme de mi cuerpo
que tiene estrías y se hace viejo junto conmigo,
recibo con agradecimiento todo lo que mi cuerpo hace por mí,
hemos librado épicas batallas juntos
y aquí seguimos.
Me niego.
No me pondré zapatillas
porque tu necesitas reafirmar la idea de lo que es una mujer
que forzosamente debe estar subida en un par de zancos
para hacer tu mundo más
cómodo aun cuando apenas pueda caminar.
Me niego
A maquillarme
porque tu necesitas reafirmar la idea de lo que es una mujer
que por obligación debe «arreglarse»
usar colorete y lápiz labial
para que no tengas que verla a ella
sino a una imagen creada en tu mente de lo debería ser atractivo.
Me niego.
A morir de hambre,
a estar siempre a dieta,
a pensar en las calorías de todo lo que como
y subir de peso con solo oler la comida.
Me niego.
A asirme a un modelo de feminidad,
a que alguien en algún lugar del mundo tenga más
derecho sobre mi persona que yo misma.
Me niego porque no quiero para mí
una ridícula imagen desproporcionada de lo que es ser mujer;
me niego porque tengo una hija
y no quiero que se sienta reducida a un estereotipo arcaico nunca.
Me niego.
A olvidar a todas las niñas y mujeres que nos faltan,
que han desaparecido o muerto
en manos del feminicidio,
me niego a olvidar a las que no son libres,
a las que no tienen mis comodidades,
me niego a dejar de pedir justicia para ellas,
para todas.
Muchas felicidades por ser porta voz de lo mucho que como mujeres enfrentamos a diario, por dignificarnos en el quehacer ordinario y recobrar el privilegio de nuestra existencia
Muchas gracias Norma, por medio de la poesía nos recuperamos a nosotras mismas. Te mando un abrazo.