Por Gema S.
Cuando leo explicaciones del por qué las mujeres heterosexuales no pueden dejar la heterosexualidad, no puedo sino pensar en lo duro que lo hemos tenido las lesbianas que tenemos cierta edad, las dificultades por las que hemos pasado, la soledad absoluta, el miedo a permanecer solas para siempre, cuando no se nombraba y nadie parecía ser lesbiana salvo una misma y más duro aún las que nos antecedieron que aparte de esa soledad estaban perseguidas empezando por su propia familia y acababan encerrándoles en la cárcel o en manicomios cuando eran descubiertas (los antiguos psiquiátricos que eran auténticas cárceles de tortura) hasta que les destrozaban el cerebro a base de electroshocks.
Todavía vivimos muchas de nosotras en la clandestinidad de cara a determinadas personas y de la propia familia, a veces es nuestra pareja la que no tiene libertad con su familia y nos arrastra a esa clandestinidad. Todavía somos violadas y asesinadas por ser lesbianas, sobre todo en determinados países pero a pesar de todo esto y más, existimos, resistimos y seguimos dando guerra.
Tengo que recordarles todo esto a las que hablan de dificultades en un tiempo y en un espacio en que hay visibilidad y leyes no persecutorias que ya quisiéramos haber tenido en el pasado, son unos mínimos que tenemos porque seguimos dentro del heteropatriarcado pero son herramientas que están ahí y que dan cierta ventaja respecto al pasado y respecto a otros países. Si ahora les parece difícil, en el pasado les hubiera parecido totalmente imposible. No éramos lesbianas porque nos lo pusieran más fácil que a otras, no hemos tenido una educación distinta, no venimos de niveles socio-culturales privilegiados o distintos, venimos de las mismas familias, de todos los estratos sociales, éramos lesbianas porque amábamos a otras mujeres y porque entregarse al opresor no era una opción aunque nos ahogáramos de soledad y miedos.
Pienso, y lo digo con todo el cariño, que se justifica demasiado la permanencia en la heterosexualidad. Quién dijo que tuviera que ser fácil, quién dijo que la lucha contra el heteropatriarcado fuera fácil o complaciente, nunca lo ha sido y mucho menos en tiempos pasados, lo que hace falta es aptitud; o luchar o dejarse arrastrar por la corriente heterosexual. No es tanto cuestión de circunstancias como de aptitud. Resaltar constantemente lo difícil que es no ayuda, al contrario. Resaltar lo negativo es precisamente eso, negativo, lo que se debe resaltar son los aspectos positivos de ser lesbiana y cuál puede haber más positivo que desmoronar los cimientos del sistema a la par que descubrir la verdadera felicidad. Algunas compañeras ya lo estáis haciendo, esa es la postura a tomar. Ser lesbiana es el principio de la libertad de las mujeres, no lo olviden.