Por Alejandra Bolívar
El 28 de septiembre de cada año se conmemora el Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro. En esta fecha, las mujeres salen a las calles a exigir condiciones dignas y seguras, además de legales para poder decidir sobre sus cuerpos.
El aborto debería ser un derecho. Sin embargo, en muchos países se sigue penalizando, incluso cuando son abortos espontáneos, dando como resultado condenas absurdas como los 30 años a los que fue sentenciada Maira Verónica Figueroa por un aborto espontáneo, en El Salvador, de los cuales pasó 15 años en la cárcel antes de salir en marzo de este año, gracias al apoyo y movilización de las mujeres en su país. Maira no es la única.
Hace unos meses ganó fuerza la lucha de las mujeres argentinas por la despenalización del aborto, al punto de casi convertirse en ley, antes de que se frenara el proyecto en el senado. No obstante, la «marea verde» brindó un empujón a las luchas que ya se estaban gestando en otros países.
Miles de mujeres saldrán a marchar hoy por la vida de las mujeres. Esto incluso a pesar de las amenazas de violencia que existen en algunos lugares, como San Cristóbal de las Casas, México, donde un grupo conocido como «Motonetos al Rescate» dijo que lincharía y prendería fuego a las activistas que salieran a marchar en favor del aborto.
Claro, porque decirse pro-vida y amenazar con torturar y matar mujeres tiene mucho sentido. Y es que sí tiene sentido, porque un sistema en el que las mujeres no tienen permiso a decidir sobre su cuerpo, es ese mismo sistema que sólo nos ve como incubadoras y como desechos.
Nos quieren pariendo o nos quieren muertas. Tampoco les interesan las niñas y niños que nacen de embarazos no deseados, al contrario, las infancias siguen siendo vulneradas y violentadas, a las niñas se les obliga a parir después de ser abusadas y así sucesivamente. Es un ciclo de violencia que parece interminable.
Nosotras abortaremos. Eso ya lo hemos dicho. Y lo haremos en las condiciones que existan, pero es injusto y terrible que tengamos que morir porque no existen marcos legales que nos protejan a todas, sólo las que tienen dinero puedan acceder a servicios médicos seguros. Nosotras no somos incubadoras ni desechos. La maternidad será elegida o no será. Seremos de nuevo de nosotras.