Latinoamérica

[Contar mi Historia] El feminismo y Yo

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Por María Belén Domínguez Alcántara, 16 años, México

 

En un bachillerato del Estado de México había una jovencita que cursaba el 3er semestre, la cual vivía con miedo porque sus compañeros y maestros la discriminaban sólo por ser mujer y pensar de manera diferente a la suya, ya que ella no estaba de acuerdo con lo que vivían a diario todas las mujeres de su comunidad, no les respetaban sus derechos y opiniones y ella las defendía por lo mismo, decía y pensaba que todas las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres; deben ser tratados por igual, pero enfrentaba un gran problema: no le decía nada a su mamá, ya que tenía miedo que a su mamá también la trataran igual o peor porque era madre soltera, por eso ella no decía nada de lo que le pasaba en la escuela.

Sin embargo, ella se sentía molesta con todos porque no la respetaban, con ganas de gritar que le respetaran sus derechos y opiniones como mujer. Pasó el tiempo y un día ella se encontró con un joven que pensaba de manera diferente a los demás, se fueron conociendo poco a poco, hasta que un día ella se decidió hablar con aquel muchacho sobre lo que sentía y que le dolía ver que en su comunidad los hombres eran machistas y no respetaban los derechos de las mujeres, sin embargo, las mujeres vivían con mucho miedo por lo mismo que en sus hogares ellas no podían ni opinar por miedo a que sus maridos las golpearan, y el muchacho le preguntó que por qué ella no decía nada para que eso cambiará. Ella le respondió que no es que ella no quisiera, sino que tenía miedo que hablaran mal de ella en su comunidad porque desde que iba en la preparatoria la discriminaban mucho sus compañeros y profesores, porque pensaba de una manera diferente a todos. Entonces el joven le dijo que él la iba a apoyar para que en su comunidad les respetaran sus derechos a las mujeres, él le dijo que podían ir a hablar a la CNDH, pero le respondió que cómo le iban a hacer, si ahí no había un lugar en el que defendieran los derechos humanos. El joven respondió que podían investigar los datos de algún lugar y al día siguiente él le llevaba los datos y un número de teléfono de un lugar que se encargaba de defender los derechos humanos y entonces marcaron a aquel número y les comentaron de todo lo que se vivía en aquella comunidad, y los encargados le dijeron que si se podían ver para planear todo para que un día fueran a hablar con todos los de la comunidad.

Y llegó el gran día donde se reunió toda la comunidad donde Carlos, Andrea y Manuel les hablaron sobre el respeto de los derechos de las mujeres y entonces hicieron reflexionar a toda la comunidad que tenían que respetar los derechos de las mujeres para que sus hijos e hijas respetaran y se dieran a respetar, para que no fueran tratados de la misma manera que sus padres, entonces desde ahí la comunidad cambió y ya respetaban las opiniones y derechos de las mujeres, y aquella jovencita se sintió muy feliz que ahora las mujeres de su comunidad ya eran respetadas de igual manera que los hombres.

Esto decidí escribirlo para que todos se den cuenta de lo valiosas que son las mujeres y que tienen el derecho de ser tratadas por igual.

*Las opiniones expresadas en columnas y convocatorias son responsabilidad de las autoras y no necesariamente reflejan la postura de este medio.

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La Crítica