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ONU: La violencia machista es la principal causa de muerte de las mujeres en el mundo

Imagen: Google

Por Tatiana Duque

Cada dos horas, una mujer es asesinada en latinoamérica por el sólo hecho de serlo. Casi la mitad de los femicidas son sus maridos o parejas actuales y en algunos países este porcentaje se eleva al 70%1. La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública2 y una violación de los derechos humanos de las mujeres.

La violencia machista es una es una pandemia y no exagero; según el último informe de ONU mujeres, es la principal causa de muerte de las mujeres en el mundo3. ¡En el mundo! Hablamos de181 femicidios diarios. Aún así, cada lucha que combate la raíz del machismo es tomado a la ligera: se minimiza, se ridiculiza, se intenta desarticular con discursos que reafirman la opresión y el disciplinamiento, y con adjetivos sin sentido conceptual y real, como “feminazis”.

El femicidio es sólo la punta del iceberg. No sucede porque sí. Las mujeres sufrimos muchos tipos de violencia y de forma simultánea, que al ser invisibilizados no se toman en cuenta al momento de analizar un femicidio. Pocos periodistas, abogados y jueces, tienen en cuenta el contexto y los porqués. Asumen el femicidio como un hecho aislado y eso se traduce en notas periodistas, defensas, acusaciones y sentencias sin perspectiva de género que revictimizan a la mujer. Ni muertas nos libramos de la violencia machista.

Volvamos a las cifras. En 48 encuestas de base poblacional realizadas en todo el mundo por la OMS4, entre el 10% y el 69% de las mujeres indicaron haber sido objeto de agresiones físicas por parte de una pareja masculina en algún momento de sus vidas. La mayoría de las víctimas de agresiones físicas se ven sometidas a múltiples actos de violencia durante largos periodos y suelen sufrir más de un tipo de maltrato. Llámenme feminazi exagerada.

Sigamos. Según la ONU, una de cada cuatro mujeres ha sido víctima de violencia sexual por parte de su pareja, y hasta una tercera parte de las adolescentes han sufrido una iniciación sexual forzada en todo el mundo5. Y, ojo, la violencia sexual comprende una gran diversidad de actos, como las relaciones sexuales bajo coacción en el matrimonio y en las citas, las violaciones por parte de extraños, las violaciones sistemáticas durante los conflictos armados, el acoso sexual (incluida la petición de favores sexuales a cambio de trabajo o calificaciones escolares), los abusos sexuales de menores, la prostitución forzada y la trata de personas, los actos violentos contra la integridad sexual de las mujeres, entre otros. Lo aclaro, porque luego dicen que como no hubo penetración, no fue violación.

La naturalización intenta suprimir la gravedad de cada acto violento que se ejerce contra las mujeres. Asume que hay violencias “sutiles” que no hacen daño, que son del corriente de las relaciones heterosexuales y que cuando una mujer se corre del estereotipo y rol asignado queda en una situación de peligro que ella misma se buscó.

Para que no nos sigan matando es necesario luchar contra toda una estructura que respalda y promueve un disciplinamiento sistemático sobre nuestros cuerpos, traducido en opresión y violencia, por nuestra búsqueda y reafirmación de la libertad como derecho inherente al ser humano y de la cuál no tenemos que dar cuenta.

¿Acaso la muerte es el costo que tenemos que pagar por ser y vivir libres?

Notas y referencias:

1 El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud. 2012

2 Declaración de la OMS.

3 Informe de ONU Mujeres. 2017.

4 El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud. 2012

5 Informe sobre violencia de género, noviembre de 2015. ONU

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