Carta a mí misma, a todas
Llegué a casa, sana y dentro de lo que cabe, salva y yo seguía sin poder creer que me había sumado a la estadísticas que arroja el sistema nacional sobre las víctimas de violencia de género.
Llegué a casa, sana y dentro de lo que cabe, salva y yo seguía sin poder creer que me había sumado a la estadísticas que arroja el sistema nacional sobre las víctimas de violencia de género.
Carmen es mi abuela, partera empírica en el estado de Hidalgo, originaria de Jalisco, nunca aprendió a leer ni a escribir, tuvo ocho hijas y seis hijos, contaré su historia porque ella siempre la cuenta, porque necesita que la sepamos, porque para ella es importante que nos liberemos de los opresores, porque siempre dice “no los necesitamos”
Ciudad de México, 31 ene 19.- La situación de inseguridad que las mujeres vivimos en el transporte público no es nueva. Son muchos los casos documentados donde mujeres de todas las edades fueron acosadas, violadas, asesinadas o desaparecidas luego de abordar combis, taxis y otras […]
Por Montserrat Pérez Tenemos derecho a la rabia. Cuando nos matan diario por nuestro derecho a decir no, por ir a la tienda, por mirar mal a alguien, por salir con un primo, por respirar, por caminar, por no ponerle sal a la comida, por […]