Marzo 22, 2019.
Estaba trenzando mi cabello, cuando de pronto, se detuvo. Me miró a los ojos a través de mi reflejo y me dijo con una sonrisa, -¡Mírate, eres única!-. El espejo puede decir muchas mentiras, pero esa era una verdad muy cierta. Creo que aquella Voz me atravesó en mi reflejo y me devolvió una imagen más luminosa, como si algo dentro de mí se hubiera transformado al mezclarse con esas palabras. A partir de ese momento comencé a disfrutar mucho cuando me pintaban los espejos, los cristales, el agua… siento que la Voz hizo un trato con la que se refleja; desde entonces, acordaron hablar con la verdad.
Hay días que me murmura acerca de mi desánimo, de mi tristeza y otros que me grita mi furia. Otros me habla de mi dulzura y de lo cerca que está de ocurrir mi luna. A veces de lo bien que la pasé y otras de que cuidarme y mirarme es casi la misma cosa.
Una tarde, mi hermana y yo estábamos juntas, de pronto escuché cómo desde el espejo salían mentiras. ¡No lo escuches!- me dije- pero mi desacuerdo no fue tomado en cuenta. Cuando ella se fue, me quedé sola con la que se reflejaba en el espejo:
-A ver, a ver, hablemos de frente, no me ha gustado lo que has dicho, cuidadito en cómo te expresas. ¿Qué no teníamos un acuerdo?
-Tengo derecho de réplica, mujer. No soy yo quien habla. En mi vida he visto que en ocasiones es el reflejo de cada una la Voz que habla, pero por tanto Ruido alrededor, los mensajes se han venido malinterpretando. Dejo que te mires y te mires completa, como eres. El ruido alrededor siembra su desorden y crea sentimientos de insuficiencia, distorsionando mis mensajes. Estoy aquí y conmigo te conoces; te has liberado en muchas ocasiones, lo he visto en tu reflejo. Estoy aquí y conmigo te has sincronizado en ritmos y movimientos con otras, he visto tu reflejo volar y mostrar tus alas a otras. Estoy aquí y conmigo has vuelto a ti. ¡He visto tus ojos brillar al mirarte! Y como tú, yo también desprecio al Ruido, que ha conseguido bajar tu mirada y la de tu hermana. Me respondió la que se reflejaba en el espejo.
-Así que es el ruido el enemigo. Dejemos algo en claro, Refleja Mía, quiero que tú y yo seamos música siempre que nos reconozcamos, pues eso prometí a la Voz que me atravesó, la Voz que te atravesó, ¡mirarme sin distorsión!
-Aquí estoy, soy la que te refleja. No sólo me encuentro en los espejos, en los cristales, en el agua. También me encuentro en tu hermana, tu mamá, tus amigas y en ocasiones en la forma en que percibes La Munda. Permanece atenta, que yo, la que te refleja, seguiré alzando la Voz. A veces me escucharás como un murmullo suave y otras como un grito de auxilio; también, dentro de ti, mi hermana La Intuición te irá guiando y juntas… derrumbaremos el Ruido.