Redacción
Como una de las primeras acciones en su mandato como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump firmó una orden ejecutiva en contra del aborto. La «política de la Ciudad de México», que se conoce también como «regla mordaza global» es una orden que prohíbe que el gobierno de los Estados Unidos financie a organizaciones no gubernamentales que se dedican a dar servicios de salud reproductiva para las mujeres.
Esta orden aplica para organizaciones dentro y fuera de dicho país y fue establecida durante el gobierno de Ronald Reagan en 1984 y ha sido revocada y reinstaurada dependiendo del partido en el poder, Barack Obama la revocó en 2009.
Con esto, el nuevo gobierno republicano pretende dar un golpe a las organizaciones que se dedican a realizar abortos. Sin embargo, ninguno de los fondos que ahora limita iban hacia la realización de abortos en otros países, pues ya existe una enmienda (Helms, instaurada en 1973) que prevenía que el dinero estadounidense se usara para eso.
No obstante, al cortar los fondos para toda organización encargada de dar servicios de salud sexual y reproductiva para mujeres y niñas en todo el mundo, aumentan las posibilidades de recurrir a métodos peligrosos para abortar en lugares en los que ya se ofrecían opciones seguras. Esto no salva ninguna vida, al contrario, pone en riesgo la vida de millones de mujeres y da a entender que no tenemos ningún valor, más que el reproductivo.
La fotografía de la firma de la orden revela otro dato importante: los hombres blancos con poder están decidiendo sobre algo que no les atañe ni les corresponde. Nuestras decisiones no deberían estar limitadas por un grupo que jamás entenderá qué significa que le quiten sus derechos de un plumazo.