Por Carmen Trejo
*Actriz, dramaturga, fundadora y directora de Ellas en Escena, A.C.
Hubo un día en que me harté. Un día en que “el amor” se me volvió rabia. Grité, cerré los ojos, las piernas y los brazos. Me desperté envuelta en mí misma. Apretada y dolorida, sola conmigo. No supe cuánto tiempo estuve fuera de mí, volcada hacia él, (digo él, por nombrar a varios “compañeros”).
Cuántos años viví con miedo, desorientada en las garras de un amor imposible, que al mismo tiempo que le daba un sentido de sacrificio a mi vida. Obsesionada por la adrenalina que provoca “el amor” y más aquel que no es correspondido, acepté dolor físico, desprecios y el desgarramiento de los celos.
De pronto, una mañana me sentí enojada como nunca, devastada, doliente. Absolutamente trise, pero viva.
Me miré al espejo desnuda. Mis dedos, mi cabeza, los labios, los pies, el ombligo, los brazos, mi ojos, las orejas, las uñas y todos mis pelitos… Ahí estaba yo. Respirando como sacada de un oscuro pozo húmedo y frío. Como salida de la más espeluznante película de terror, cuando pensé haber comprado el boleto para una película de princesas.
Asustada y llena de dudas, sabía que tenía que decidir algo. No sabía qué había provocado el estado de destrucción en que me encontraba por el hecho de haberme enamorado. Pero sabía que tenía que cambiar algo desde la raíz.
Frente al espejo me pregunté si quería seguir viviendo. La pregunta era definitiva. Tenía dos opciones: vivir o consumirme entre las flamas del amor imposible. Pensaba que tal vez mi vida había sido modesta, sencilla, pero morir por una pasión desenfrenada y febril valdría la pena.
Inmolarme en mi propia tragedia personal como los grandes personajes femeninos del teatro: Ofelia de Shakespiare, por ejemplo, que se suicida entre en las aguas de un río al perder la razón cuando se entera de la muerte de su padre y por haber sido despreciada por Hamlet; o Fedra de Eurípides que rechazada por Hipólito su hijastro: lo acusa de haber intentado violarla y se ahorca. O bien, como otras personajes que arrastradas por la desmesura de sus sentimientos arremeten contra quienes aman, como Pentesilea de Von Kleist, amazona que, presa del amor extremo hacia Aquiles, su enemigo en la guerra, lo hiere, lo despedaza y prácticamente se lo come; o como Medea de Eurípides que, enceguecida por los celos y la ira, mata a sus propios hijos al enterarse de que su esposo Jasón contrajo matrimonio con la princesa Glauque.
Ése era mi dilema: vivir o morir de amor. Ser o no ser la heroína que se auto-inmola en nombre de la pasión, la angustia y la desesperación.
En el 2010, a mis 40 años decidí vivir únicamente para mí. Cerré la puerta a la posibilidad de vivir con alguien. Confirmé que no sería madre. Empecé a estudiar temas de género y me propuse convertirme en la protagonista de mi vida, pero una vida gozosa y creativa, que habría de contradecir lo que muchas personas esperaban de mí, como casarme, vivir en pareja y tener hijos.
Haber optado por inventarme una vida placentera se convirtió en mi proyecto de trabajo personal y profesional, desafiando la idea del amor que provoca dependencia emocional, económica y que me había orillado a aceptar como normales muchos abusos en mi vida personal y laboral.
Ese año cambié el rumbo de mi vida, fundé una compañía de teatro independiente con el nombre de Ellas en Escena. Comencé por escribir y dirigir mis propias obras, creando personajes femeninos que encarnaran mi necesidad de evidenciar que el “amor”, tal como lo conocemos, alimenta en los hombres el impulso de posesión y control, mientras que a las mujeres les asigna el papel de la obediencia y la sumisión.
Me propuse crear y actuar personajes femeninos que no quieren ser heroínas, que no se sacrificarán por nadie, cuya mayor preocupación no está en conseguir una pareja, ni en llegar a ser madres. Ellas, en cambio, se preguntan si existe otra forma de amar que no sea la que hemos aprendido de tanto escuchar canciones “románticas”, chistes sobre solteronas amargadas, de tanto ver películas y telenovelas con final feliz. El objetivo de mis personajes es emprender su propia búsqueda personal para reconocerse únicas, completas y con derechos. Para estas personajes el valor ético más importante es su propia dignidad.
Y así como en la escena sueño que las mujeres son dueñas de su propia vida, quiero que mis espectadoras se contagien de ese poderoso sueño, que mis compañeras de trabajo, mi hermana, mi madre, mis tías, mis primas, mis sobrinas y todas las mujeres sueñen y vean realizados sus deseos sin miedo y placenteramente.
El teatro me ha dado la oportunidad de acercarme a muchas mujeres y reconocer que, a pesar del tiempo y las distancias, compartimos una historia común llamada desigualdad y que ahí nos parecemos más de lo que habíamos imaginado.
Por eso, motivo a las mujeres que están cerca de mí a estudiar, pues considero que el conocimiento es un camino a la libertad, al cuidado y al amor hacia sí mimas. Que si unimos nuestros sueños y nuestros conocimientos, seremos cada vez más fuertes para hacer de este mundo un lugar donde podamos vivir sin miedo y disfrutar de la belleza de estar vivas.
Porque para mí este es el tiempo de levantar la voz, el es momento de brillar con luz propia y decir NO no más violencia disfrazada de amor.
Me leí en este ensayo. Vivir para mí ha sido toda una aventura y lo disfruto cada momento.
Ximena, agradezco tus palabras. Me alegra mucho saber que compartimos la misma aventura. Recibe un gran abrazo y no dejes nunca de disfrutar:)
Yo tengo 38 y estoy en el darme cuenta, en pleno desamar así, todavia siento rabia y tristeza. Pero he de salir y transmutar toda mi potencia. gracias. tú texto me alienta más, incluso al teatro…
Lich, que tu rabia y tu tristeza te hagan más fuerte. Hay más belleza y está por llegar. Gracias a ti. Tus palabras me alientan a escribir más.
Me sorprende muchisimo lo intensa de esta reflexión y lo increiblemente vivida que se presenta. Me encantaría verdaderamente absorberla para mí de la misma forma que absorbo todo aquello que emana espiritualidad y se muestra puro y emergente en una clara falta de argumentos válidos en su contra. Sin embargo me invade siempre una dualidad que me habla de la parte olvidad durante la observación, sin embargo aún así veo aquí algo grande e imponente, quizás fragmentario, pero no por ello menos contundente
Gracias por leerme y por tus palabras.
Hermoso !!! Gracias
No es ensimismarse, es ser uno mismo, es verdad hay que amarse uno mismo antes que a otro. Si es que quieres darte cuenta que el amor no maltrata, no daña, el amor se comparte
Gracias!!
Excelente descicion por tu proyecto de vida. Eres un ejemplo a seguir dentro de esa sociedad y cultura cerradas aun en pleno siglo 21.
Lily, muchas gracias por tus palabras!! Son muy importantes para seguir adelante en el camino de cambiar lo que no me gusta del mundo que nos tocó vivir.
Maravilloso ensayo
Maravilloso ensayo. Crudo para esta sociedad convencional, pero no por ello real y contundente. Por eso te adoro y te admiro tanto Carmen Trejo Actriz.
Te pido sigas escribiendo.
C.E.SILVA BADILLO, gracias por tus palabras y por supuesto que seguiré escribiendo.
Ximena, agradezco tus palabras. Me alegra mucho saber que compartimos la misma aventura. Recibe un gran abrazo y no dejes nunca de disfrutar:)
Me encanta tu reflexión. Esos sentimientos que describes los veo reflejados en algunos hechos de mi vida cotidiana. Al igual que a muchas mujeres,nos hace falta una reeducación profunda en temas relaciones sociales. Gracias por abrir camino!
Hola, agradezco muchas tus palabras!!
Creo que este ensayo refleja la postura del feminismo «Lo personal es político» porque yo sintiéndome al inicio diferente, empezando por la edad tengo 26 años estoy terminando una carrera y sin embargo me leí y me encontré entre las líneas que permitiste compartir. Sé que hay muchas formas diferentes de amar, vivirlas y asumirlas no es sencillo. Ahora mismo me siento desubicada sé que quiero pero mis fuerzas a veces se van y la cotidianidad heteropatriarcal asfixia. Gracias por compartir, porque así es como construimos formas diferentes de vivir.
Muchas gracias por tu reflexión, precisamente hoy me encuentro en esa situación y tus palabras me hicieron muy bien, siempre he vivido con la idea del amor romántico, siempre he anhelado tener alguien a mi lado que me ame, pero he olvidado amarme primero yo, por eso permití tanto tiempo abusos disfrazados de amor, sintiéndome culpable y no merecedora de cariño. No te conozco pero muchas gracias.
Hola Cristina, muchas gracias a ti por tus palabras!!
Hola Viridiana, gracias por tu comentario. Sí, definitivamente lo personal es político. Inventemos nuevas formas de amar y de vivir, aunque todo lo que nos rodea parezca decirnos que no es posible.
Es porque existen mujeres como voz, con la suficiente fuerza en el alma y en la voz como para gritar sus pensamientos, que otras miles de mujeres nos atrevemos a soñar y creer que es posible lograr un mundo mejor, más humano, menos desigual. Gracias!
Como vos* (perdón!) jaja se me traspapeló con el siguiente «voz». 🙂 Entre Ríos, Argentina. 💚
Tal vez para mí sea difícil, casi imposible no caer en el amor romántico y sus trampas una vez que tienes hijos, mucho más si estos son pequeños. Aún así Lucho por ser independiente, por trasmitir serenidad entre tanto caos y por crear unas relaciones equitativas. Muchas gracias Carmen por desnudar tu verdad, me he sentido muy identificada.
El deconstruir ese amor romantico y dañino es súper complicado ya que nos crian a base de ese con frases como «si te pega es porque le gustas», «sin celos no hay amor» o aberraciones de esa indole que no logra nada bueno, me encanta leer cuando las mujeres se empoderan de su amor y «despiertan» para encargarse de sus sueños y no de lo que te impone la sociedad patriarcal. Gran trabajo <3
Leer este escrito es como si la vida me estuviera respondiendo, tengo casi los 60 y casi 40 amando como enseña el amor romántico, de pronto quedé en el aire, desperté, me asusté tanto que quise morir, no entendía, mi vida parecía no tener sentido, me preguntaba qué voy a hacer? Al leer tus líneas encontré la respuesta; voy a intentar desarrollar mi proyecto de vida, cuyo centro sea yo, se me hace tan difícil pero lo voy a intentar. Gracias.
Eres un gran espejo y un maravilloso ejemplo. Gracias por tu brillo y el reflejo. Te admiro mucho
Leo esto años después de escrito, y las palabras sólo me refuerzan más el buscar mi propia convicción y protagonismo en mi vida. Gracias, Carmen, por esto tan valioso. Que sigas siendo tan exitosa.
De una compañera cineasta.