Por Margarita Huerta Vázquez
Caminando iba la calaca feminista
Muy enojada en la calzada
Pensando qué podía hacer
Para que en vez de ir por sus compañeras
Fuera por todos los machos y los aventara por las escaleras
De pronto, una idea se le ocurrió
Decidió abrir un Facebook y ver las denuncias que escriben sus compañeras
Fue por cada uno de esos machos y un susto les dio
Aventándolos por las escaleras
Llevándoselos a rendir sus malas cuentas
Para que nunca volvieran a hacer daño
Y fue así cómo la calaca feminista salvó a sus compañeras
Al grito de: ¡Vivas las quiero!