Por Julia Oropeza
No son «las muertas«
Porque no murieron como mueren los hombres viejos
A ellas, las asesinaron.
El color de sus mejillas ahora es un recuerdo
El largo o corto de su pelo ahora es un cuento
Y sonido de sus risas, no se lo llevó ningún viento
¡Te las llevaste tú!
Les quitaste la vida porque nadie te detuvo
Porque sus gritos no valieron
Ni sus llantos
Ni su temor
¡Ellas no son las muertas!
No te atrevas a mancillar su memoria…
¡SON LAS ASESINADAS!
¡Y las mataste tú!
TÚ, TÚ Y SÓLO TÚ, REINANTE PATRIARCA.
No sé si hubo un cielo esperándolas
Pero aquí, ya no tienen nombre, ya sólo son cifras
No sé sí hubo un paraíso a su llegada
Pero aquí, su feminicida, vive en la tierra del macho libre
No sé sí ya descansan en paz…
Pero hoy, hermanas, tienen un lugar en mi mesa.