La mirada patriarcal en el cine mexicano

Por Ariadna Carrillo Arellano

 

Si bien es cierto que la participación femenina en el cine de autor mexicano es cada vez mayor, no se puede decir lo mismo del cine comercial. Detrás de cámaras vemos con mayor frecuencia a productoras, guionistas, directoras y demás. No obstante, las actrices e intérpretes siguen siendo objeto de la mirada patriarcal del séptimo arte mexicano. 

Tan sólo en el 2020, algunas de las películas más taquilleras según el Anuario del IMCINE, como Cindy la regia y Veinteañera, divorciada y fantástica, siguen poniendo a la mujer en el mismo escenario de hace 50 años. Moderna, de clase alta  y blanca, la nueva protagonista mexicana carece de profundidad. Sin mencionar que verla en ropa interior o en la cama de algún hombre va a ser más común que apreciar el desarrollo de una personaje completa y, ante todo, humana.

La cosificación de la mujer en el cine mexicano desde los 70 hasta la fecha ha sido su condena en la pantalla. Desde las ficheras, hasta Karla Souza en ¿Qué culpa tiene el niño? , construyen una mujer desvalida, incapaz de valerse por sí misma ni apantallar con su actuación, si no están en ropa interior. Esto mitifica la identidad cinematográfica de la mujer mexicana en una musa occidentalizada y sumisa que se atreve a salir de su zona de confort, siempre y cuando un hombre la tome de la mano.

En 2017, Taluana Wenceslau y Georgina Sticco lanzaron un estudio sobre las representaciones de género en el cine mexicano. Analizaron películas del 2013 al 2016, donde la proyección de la mujer es bastante humillante y se concluyó que no hay una verdadera identificación del público femenino nacional con respecto a los personajes de estas películas. Además, arrojan los siguientes datos: 

• “Hay un refuerzo de estereotipos de género negativos.”
• “En el 40% de las películas mexicanas ocurrieron casos de acoso sexual pero que son tratados como graciosos.”
• “En el 50% de las películas más vistas del cine mexicano en los últimos años se abusa de la exhibición de mujeres desnudas parcialmente (sobre todo en lenceria) sin que siquiera tengan nombre o línea de diálogo, con el explícito propósito de exponer el cuerpo femenino de manera sexualizada.”
• “En el 80% de las películas aparecen comentarios sexistas sin que sus concepciones sean problematizadas.” 
• «De todos los personajes, el 37%, son femeninos y el 63% masculinos.”
• “El 70. 2 de las personajes femeninos, son blancas. Hay una sobrepresentación de personajes blancas y una marcada diferencia por género cuanto a la aparente etnicidad y raza.”

Lo anterior deja en claro que la mirada patriarcal no sólo sexualiza, sino excluye a las mexicanas que no cumplen con sus preferencias.  Por otra parte, las mujeres lesbianas son prácticamente invisibles, al igual que las mujeres indígenas. Mientras las mujeres no sirvan como entretenimiento para el hombre, está claro que para la industria cinematográfica no es necesario representarlas con dignidad, por lo que es urgente la presencia del feminismo y la teoría cinematográfica feminista en el desarrollo de personajes femeninas que reflejen o se acerquen más a  la realidad.

 

 

Referencias: 

«AnuarioCineMx/». IMCINE – AnuarioCineMx, anuariocinemx.imcine.gob.mx. Accedido el 6 de septiembre de 2021.

Sticco Georgina,  Wenceslao Taluana op. (2017) “Representaciones de género en la industria audiovisual” México, Editorial Osífragos.