Por Leonor Casas Ferrer
La senadora Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, presentó el 20 de noviembre una iniciativa para reformar la Ley de Salud con el fin de regular la reproducción asistida en México, esto significa entre otros temas legalizar lo que se ha llamado institucionalmente como “gestación subrogada” o como también se le conoce desde el feminismo: alquiler de vientres, prostitución gestacional y proxenetismo reproductivo.
En el documento presentado por Sánchez Cordero se describe que desde hace cuatro décadas se encuentran disponibles técnicas de reproducción humana asistida tales como «el coito programado, la inducción de ovulación, la inseminación artificial, la fecundación in vitro, la transferencia de óvulos fecundados, la transferencia intratubárica de gametos u óvulos fecundados, la criopreservación de ovacitos y óvulos fecundados, y la maternidad subrogada, entre otros».
De acuerdo con la senadora esta oferta de técnicas ha implicado una creciente demanda de servicios de reproducción humana asistida, por lo que propone agregar la fracción V Bis al artículo 3º de la Ley General de Salud para hacer este tema materia de salubridad general; en otras palabras, su propuesta busca legislar a favor de las diferentes técnicas de reproducción humana asistida, dentro de las cuales se encuentra la prostitución gestacional, conocida en las instituciones financiadas -por empresas, fundaciones y organismos internacionales- como «gestación subrogada».
La legalización de la prostitución gestacional o proxenetismo reproductivo como también se le conoce a esta práctica desde el feminismo, ha sido un tema ampliamente criticado por los movimientos de mujeres en todo el mundo debido a que desde el análisis profundo del sistema patriarcal en que vivimos, el cual se define por usar los cuerpos de las mujeres para beneficio de los hombres, las mujeres feministas han puesto en duda la existencia de un “consentimiento” ya que esta supuesta “decisión” de rentar un útero es más una coerción debido a que en la mayoría de los casos es el único medio de subsistencia de las mujeres sometidas a estos procedimientos.
Aunada a esta a iniciativa de Sánchez Cordero, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó el 21 de noviembre del presente año, un amparo a dos hombres en relación homosexual para registrar a un niño nacido mediante la prostitución gestacional, el comunicado de la SCJN detalla:
“La Primera Sala concedió el amparo para que el menor sea registrado como hijo de los quejosos, al considerar que de este modo se garantiza la vigencia del derecho del niño a tener una identidad y ser inscrito en el Registro Civil; el derecho de los quejosos a su vida privada y a procrear mediante el acceso a las técnicas de reproducción asistida y el derecho de la tercera interesada (madre subrogada) también a su vida privada y libre desarrollo de la personalidad”.
Este amparo ha sentado un antecedente para que parejas homosexuales o heterosexuales con problemas de fertilidad o sin deseo de gestar puedan reproducir sus genes, lo que ha puesto en alerta a las feministas en México por normalizar esta práctica de violencia hacia las mujeres. En conjunto con la iniciativa de la senadora, ambos hechos presentan un panorama inmediato desalentador para la vida de las mujeres.
En diferentes países las mujeres se han organizado contra el proxenetismo reproductivo, por ejemplo, en 2015, en España se usó el lema “no somos vasijas” para manifestarse contra las iniciativas de legalización, mismas que hasta el momento no han sido aprobadas, en su manifiesto del mismo nombre las mujeres españolas declaran:
“Porque la llamada “maternidad subrogada” se inscribe en el tipo de prácticas que implican el control sexual de las mujeres: Así en las sociedades tradicionales, los matrimonios concertados o la compra por dote, son las típicas formas en que se ejerce el control sexual de las mujeres, en las sociedades modernas, la prohibición del aborto, la regulación de la prostitución y la maternidad subrogada son sus más contundentes expresiones”
“Porque cuando la maternidad subrogada”altruista” se legaliza se incrementa también la comercial. Ningún tipo de regulación puede garantizar que no habrá dinero o sobornos implicados en el proceso. Ninguna legalización puede controlar la presión ejercida sobre la mujer gestante y la distinta relación de poder entre compradores y mujeres alquiladas.”
“Porque las mujeres no se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial. La llamada “maternidad subrogada” tampoco se puede inscribir, como algunos pretenden, en el marco de una “economía y consumo colaborativo”: la pretendida “relación colaborativa” esconde el “consumo patriarcal” por el cual las mujeres se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial.”
Las redes en México
En días recientes, en redes las mujeres mexicanas fueron contundentes ante la iniciativa:
Por supuesto que los comentarios de los hombres no se hicieron esperar, entre ellos el académico Genaro Lozano, que señaló estar a favor de la prostitución gestacional y enfatizó que tenía el derecho de opinar sobre el cuerpo de las mujeres en tanto académico con estudios en «género»:
También destacó la opinión del youtuber transfemenino cuyo nombre de elección es Ophelia Pastrana, quien se burló abiertamente de las mujeres, recalcando que el cuerpo de las mujeres es para ser destazado en beneficio de los hombres, incluyendo los transfemeninos como él: