Por Montserrat Pérez
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El 19 de octubre del año 2001 se encontró el cuerpo de la abogada y activista por los derechos humanos Digna Ochoa y Plácido en sus oficinas localizadas en la calle de Zacatecas en la Ciudad de México. Tenía dos orificios de bala, uno en la cabeza y otro en la pierna, además de lesiones y moretones, junto a ella una nota de amenaza a sus colaboradores. A quince años de su asesinato, aún no hay justicia para Digna.
Las autoridades mexicanas dictaminaron su muerte como suicidio en 2003 a través de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. En 2005 se exhumó el cuerpo de Ochoa para nuevos peritajes, sin embargo, la PGJDF, en ese entonces a cargo del ahora jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, ratificó el dictamen como suicidio y archivó el caso como “como un “asunto totalmente concluido”.
Las amenazas y el exhilio
En 1988 fue el primer secuestro de Digna Ochoca, en Veracruz, debido a su activismo político. Tras su liberación, declaró que los plagiarios eran oficiales de la policía del estado y que fue violada, el caso no llegó a más. En 1996 Amnistía Internacional registró las amenazas de muerte contra ella y Pilar Noriega, las cuales quedan impunes.
En 1999, de nuevo secuestran e interrogan a Ochoa, ahora en la Ciudad de México. En ese año inicia nueva oleada de amenazas hacia su persona y hacia otrxs colaboradorxs del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, AC (Prodh), donde laboraba desde inicios de los 90′.
A raíz de esto, en el año 2000 decide dejar México y comienza una nueva etapa en Washington D.C., Estados Unidos. Regresa a México en abril de 2001.
Las inconsistencias
En julio de 2004, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal realizó el “Informe sobre las irregularidades en la averiguación previa iniciada por la muerte de la licenciada Digna Ochoa y Plácido”, en el que se detallan las irregularidades e inconsistencias en el caso, entre las cuales están las siguientes:
Una mujer comprometida
Más allá de su muerte, hoy recordamos su vida. Digna nació el 15 de mayo de 1964 en Misantla, Veracruz. Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Veracruzana, donde se gradúa en el año de 1984, tras lo cual inicia su carrera como abogada.
Al final, y a pesar de las injusticias e impunidad, Digna Ochoa y Plácido dejó un legado de lucha y resistencia por los derechos humanos en México. Defendió algunos de los casos más representativos en esta materia durante los años 90′ como la denuncia de Gilberto López y Rivas sobre grupos paramilitares en Chiapas, la tortura e incomunicación de los campesinos ecologistas Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera; las violaciones, torturas, desapariciones y abusos de los militares en Guerrero, incluida la violación de dos mujeres indígenas de Barrio Nuevo San José.
Asimismo, documentó la masacre de Ocosingo y participó activamente en la indagación y búsqueda de justicia en los casos Acteal, Aguas Blancas, la matanza del Bosque y el Charco, además de ser una defensora activa de los derechos de las comunidades zapatistas.